23/09/2024

Menos Oros, Caperucita. 2ª parte: números globales y el asunto extranjero.


 

Si en la anterior entrada os hacía una breve presentación del concurso internacional de vinos Bacchus, hoy toca hablar de sus números globales y de la parte internacional del concurso, que no es que vaya a ser lo mejor y más entretenido que vais a leer hoy, pero como os he dicho, es necesario que os dé unos cuantos datos de la forma más objetiva que pueda para, poder dar una opinión lo más fundamentada que me sea posible.

Poneros las gafas de cerca y sacad la calculadora del cajón.

 

Medallero: Cifras globales.        

Para haceros una idea general del concurso, aquí os dejo un bonito cuadro que indica la cantidad de vinos que se han presentado a lo largo de las ediciones del 2013 al 2024 y que he sacado de las notas de prensa publicadas en la web del concurso, a excepción del año 2024 que aún no se ha publicado (ignoro por qué), pero algunos datos he podido sacar en esta noticia que ha publicado el organizador del concurso.


Creado por Víctor Fernández Arribas. Licencia CC BY-NC-ND.
Creado por Víctor Fernández Arribas. Licencia CC BY-NC-ND.

En el cuadro veis la primera fila que representa el número de vinos presentados en cada edición, la segunda fila la cantidad de medallas que se entregaron y la tercera indica la tasa de premios en cada edición. La cuarta fila indica la cantidad de premios teóricos que se tendrían que haber entregado si se respetara al máximo el tope de premios que establece la organización (recordad, el 30% de las muestras presentadas). La cifra está redondeada a la unidad más cercana. La última fila indica la variación de premios entre los que se han entregado y el valor teórico, si la cifra es positiva quiere decir que se han entregado más vinos que el tope teórico, y si la cifra es negativa, es que se han entregado menos premios que lo establecido.

 

Si os fijáis en el año 2024, según la organización se presentaron 1985 muestras de vinos, vermuts y espirituosos vinícolas. De ser cierta esta cifra, el número de premios es superior al 30% y por eso la diferencia es tan grande. He escrito a la organización del concurso un correo y he realizado una publicación en tuiter/X para que aclaren si esta cifra es debida a un error de la nota de prensa o si es a resultas de un cambio en el reglamento del concurso. Aún no he obtenido ninguna respuesta.

 

El siguiente cuadro muestra las medallas que ha entregado la organización a lo largo de estas 12 ediciones.

Creado por Víctor Fernández Arribas. Licencia CC BY-NC-ND.
Creado por Víctor Fernández Arribas. Licencia CC BY-NC-ND.

De los 20.535 vinos participantes, habiendo obtenido 6.254 de ellos algún tipo de medalla, aproximadamente 3 de cada 10 vinos rasca algún premio, aunque esto no deja de ser un promedio algo subjetivo, aunque hay más vinos españoles premiados que los del resto del mundo, la tasa de premios de los vinos extranjeros es casi siempre superior al 30% de las muestras enviadas.

 

En esta entrada voy a analizar un poco por encima el medallero del resto del mundo y para la siguiente lo hare, quizás algo más exhaustivamente, con el medallero de los vinos españoles.

Empecemos con este bonito cuadro que nos indica las medallas que han obtenido el resto del mundo.

Creado por Víctor Fernández Arribas. Licencia CC BY-NC-ND.
Creado por Víctor Fernández Arribas. Licencia CC BY-NC-ND.

De 2013 a 2024 han participado hasta 34 países, algunos de ellos con muy poca tradición vitivinícola como pueden ser Suecia, Polonia o Taiwán por poner un ejemplo, aunque no es lo más llamativo.

Si veis el cuadro de medallas, fijaros como de 2013 a 2020 el reparto de medallas se mantiene más o menos igual, entre 95 y 120 medallas, relativamente pocas medallas de Gran Oro, y aunque en 2020 se conceden más medallas de Oro que de Plata, el resto de los años casi siempre ha habido una diferencia notable entre ambas categorías. Pero algo debió de pasar en 2021, ya que desde entonces se han hasta quintuplicado las medallas de Gran Oro, poco a poco las medallas de Oro se han comido la diferencia con las de Plata, e incluso las han superado. De hecho, en las ediciones de 2023 y 2024 llegan a haber casi el triple de medallas de Oro que de Plata, es decir, que cada vez es más fácil conseguir un reconocimiento más alto. En la próxima entrada veremos como en el caso de los vinos españoles pasa algo parecido.

 

Vayamos ahora al medallero país a país. Me hubiera gustado poder realizarlo por Denominaciones de Origen, pero hay que tener valor para enfrentarse al nombre de algunas DO de Eslovaquia y unificar criterios, por lo que he simplificado la procedencia de los vinos por países.

Antes de seguir, una puntualización. Los datos sobre la cantidad de muestras, las he obtenido de las distintas notas de prensa que ha presentado el concurso, mientras que el número de medallas los he obtenido, también, a través de los medalleros que ha colgado la propia organización. Hay varias discrepancias entre ambas publicaciones, que insisto, publica el mismo organizador, y que entiendo que son errores tipográficos, aunque me gustaría destacar 2:

-       En la nota de prensa de la edición de 2014, se indica que China ha presentado 5 muestras y un poco más abajo se indica que han ganado 2 medallas. Según el medallero, China ganó 1 medalla y la otra corresponde a Taiwán. Será casualidad, pero China presentó sólo 1 vino en la edición de 2015 y después no ha vuelto a participar.

-        En la nota de prensa de la edición del año 2017 hay varios errores:

1.    Se indica que Italia ha presentado sólo 2 muestras de vinos, pero un poco más abajo se indica que han ganado 3 medallas de Oro y 8 de Plata, pero esto tampoco es cierto. Si se busca en el medallero, las bodegas italianas consiguieron 4 medallas de Oro y 9 de Plata.

2.    Se indica que Hungría no ha presentado muestras…, pero más abajo indica que ha ganado 1 medalla Gran Oro y 1 Plata (y es cierto).

3.    Se indica que Túnez ha presentado una muestra… y más abajo figura que ha ganado 1 de Oro y 1 de Plata (y es cierto).

Ahora, echad un vistazo a este cuadro.

 

Creado por Víctor Fernández Arribas. Licencia CC BY-NC-ND.
Creado por Víctor Fernández Arribas. Licencia CC BY-NC-ND.

Cosas curiosas:

1.- Eslovaquia es el país con más medallas conseguidas, 388. Para que os hagáis una idea, Eslovaquia tiene un consumo per capita de vino de 12 l/hab, y de cerveza de 72 l/hab, casi casi como el nuestro.

2.-Sólo hay 6 países que siempre han ganado alguna medalla en estas doce ediciones: Eslovaquia, Portugal, México, Brasil, Francia y Australia.

3.- Sorprende que entre los 5 primeros países con más medallas se encuentren países como Eslovaquia, México, o República Checa, que tiene un consumo de vino relativamente bajo, unos 20 l./hab y son de los mayores consumidores de cerveza: 147 l/hab.

4.- Ojo a Bolivia, en las dos últimas ediciones ha conseguido más medallas que Argentina, Alemania y Chile en todas las ediciones que hayan obtenido alguna medalla.

5.- México es el país que más medallas ha conseguido en un año: 56 en la edición de 2024, seguido por la República Checa con 44 en la edición de 2022.

6.- Aunque no aparecen en este cuadro, Colombia y Grecia son los dos únicos países que se han presentado a concurso y no han ganado nunca una medalla.

7.- Eslovaquia es la campeona absoluta en todas las categorías y con unas diferencias relativamente holgadas.

8.- Los cinco primeros países por número de medallas son los mismos que más medallas Gran Oro han obtenido.

9.- México es el tercer país con más medallas de Oro y Plata, y está a una medalla de Gran Oro para quitarle el tercer puesto en esta categoría a la República Checa.

 

Me hubiera encantado poder hacer un análisis de vinos y bodegas que se han ganado alguna medalla, pero no tengo conocimientos suficientes como para poder hacer un desarrollo coherente y algo pormenorizado, no sé el modelo de bodega (industrial o no) o el tipo de vino que se presenta a este concurso por lo que prefiero no valorarlo.

 

Y fijaros ahora en este último cuadro:

 

Creado por Víctor Fernández Arribas. Licencia CC BY-NC-ND.
Creado por Víctor Fernández Arribas. Licencia CC BY-NC-ND.

Aunque será en la última entrada en la que dé mi opinión más completa, si quisiera avanzar por dónde van a ir los tiros: me asombra la cantidad de vinos de países con una cultura del vino moderna como Brasil, Eslovaquia, México o la República Checa, que participan de forma masiva en este concurso, y por lo tanto, obtienen muchas medallas, incluso parece que están arrastrando a países como Bolivia o Perú a participar en él, pero ¿con qué fin? Comercialmente no sé si esos vinos están presentes en España, no están en las grandes cadenas ni en los supermercados, puede que estén en tiendas especializadas o supermercados con alimentos típicos de estos países, pero no creo que la inversión que hay que hacer para inscribirse en estos concursos valga la pena para vender en España de esta forma, ¿puede que estos premios les abran puertas en mercados nacionales, de la región en la que se encuentran o los mercados de Europa y/o EEUU? Pues podría ser, pero en el caso de América del Sur tienen una fuerte competencia de vinos argentinos y chilenos, y en el caso de Centroeuropa Austria, Hungría, Alemania e Italia son unos pesos pesados difíciles de batir, y todo ello teniendo en cuenta que el consumo de vino en estos países no es especialmente alto y que en los mercados más importantes podrían ser considerados poco más que una extravagancia.

 

 

La próxima entrada será sobre el medallero de los vinos españoles.

Me va llevar un par de semanas, pero promete, ¡vaya si promete!


15/09/2024

Menos Oros, Caperucita. 1ª Parte: Bacchus y las 21+1 medallas de Oro.

 

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Estoy tan tranquilo escuchando la radio y, de repente, sale un anuncio: la bodega García Carrión obtiene 22 medallas de oro en el prestigioso concurso Bacchus.

Pues como que me resbala un poco.

Como ya he dicho en este mismo blog, no me fío de los concursos de vinos, y también alguna que otra vez ya os he contado lo que me parece la calidad de los vinos de García-Carrión, me alegro por él o la que le guste, pero no es mi marca.

Al cabo de unos días, un amigo me manda un mensaje por tuiter: “Sólo tú puedes disfrutar esta noticia” y me manda un enlace a esta noticia de Vinetur con este bonito titular:

Récord histórico: García Carrión, la bodega más premiada en la historia de Bacchus

Bueno, pienso, tampoco es tan raro, presentará todos los años un chorro de vinos, es normal que le den chorrocientas medallas.

Pero lo mejor es el subtítulo: “García Carrión consolidan su liderazgo mundial con 22 medallas de oro en Bacchus 2024”

A ver. Espera. Para la cinta, vamos a pensar lo que estamos diciendo…

¿Qué García Carrión consolida lo qué?

Que García Carrión es un líder de ventas de vino a nivel mundial, pues mira, me lo creo, no son unos vinos que me gusten, pero hay que reconocer que venden millones de botellas y que tienen un peso específico en el sector del vino, mi enhorabuena a sus accionistas.

Que este “liderazgo mundial” se consolide por obtener 22 medallas de oro de un concurso de vino, ¿en qué se basa este artículo (guion gordo) publirreportaje?, es más, ¿liderazgo de qué?, porque lo primero que pensé es que se hacía referencia a un liderazgo dentro del mismo concurso o por el número de ventas, pero es que leyendo el primer párrafo del artículo-promoción, dice:

Bacchus, organizado por la Unión Española de Catadores (UEC), es actualmente el concurso internacional de vinos más destacado en España, conocido por su rigor y excelencia.”

Anda, ¿y esto quién lo decide, bajo qué criterios, dónde se ha publicado, qué es lo que han dicho el resto de concursos nacionales?

Pero justo al lado me encuentro la solución: “El jurado de Bacchus está compuesto por Masters of Wine, Masters of Sommelier, enólogos de renombre y periodistas especializados, lo que subraya la seriedad del certamen.”

Vale, han sido los cojones morenos de alguien pasaba por ahí, porque de todos es sabido que los otros concursos de vinos no son serios ni traen jurados de renombre y/o profesionalidad.

Y como se trata de un concurso abierto a todos los países del mundo y García Carrión es el que más medallas de oro ha ganado, junto con los cojones morenos del que pasaba por ahí, ya sabemos porqué esta bodega es el líder mundial… de lo que sea.

Pues esto, para mí…, ya era suficiente para dedicarle una, dos o varias entradas para el blog y daros mi opinión sobre Bacchus y las 21+1 medallas que le han dado a García Carrión en la edición del 2024. Quedaros con eso de las 21+1 medallas.

 

En este punto, tengo que advertir que las entradas pueden ser algo plomos y aburridas, van a salir datos, números, referencias al reglamento del concurso de vinos o a otras publicaciones del blog, pero entiendo que si voy a dar una opinión sobre el concurso y sobre los participantes del concurso, tenéis que conocer cuáles son los fundamentos de esta opinión con datos lo más objetivos e imparciales que me sean posible, pero intentando ser lo más ameno posible.

Dicho esto, entrad por vuestra cuenta y riesgo, ya que una vez que comencéis a leer, ya nunca volveréis a ser las mismas personas que antes fuisteis.

 

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Para empezar.

¿Qué es Bacchus y la Unión Española de Catadores?

La Unión Española de Catadores se definen como “una organización sin ánimo de lucro que pretende fomentar la cata y el conocimiento del vino y otros alimentos.”, se prestan a asesorar a empresas que requieran de análisis sensoriales de alimentos, al tiempo que colaboran y/u organizan concursos de vinos, como el que ahora os voy comentar, el Bacchus.

Muy resumido, Bacchus es un concurso internacional del vinos, vermús y destilados procedentes del vino, que se celebra en España y cuyo espíritu es el reconocer la excelencia y calidad de los mismos (como el otro  99,99% de los concursos de vinos). Para ello, las bodegas y/o destilerías mandan muestras de los productos que quieren que participen en el concurso, y una vez recibidas todas, un ejército de jurados catan estas muestras, de acuerdo con el reglamento del propio concurso, que se encuentra avalado por la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV). De cómo se realizan estas catas y la forma en cómo se puntúan los vinos, es bastante parecido a lo que ya os conté de forma exhaustiva en esta entrada del blog.

Una vez obtenidas las puntuaciones, pasamos al tema de los premios. La organización del concurso ha decidido que el número de premiados no superaría el 30% del total de muestras presentadas, es decir que si se presentan (por ejemplo) 1000 vinos, como mucho pueden ser premiados 300 (en teoría).

Estos premios están divididos en 3 categorías, a saber:

-       Bacchus de Plata: para vinos con puntuaciones entre los 85 y 88 puntos

-       Bacchus de Oro: para vinos entre 89 y 92 puntos

-       Gran Bacchus de Oro: para vinos con puntuaciones superiores a 93 puntos.

¿Qué pasa si la suma de vinos con “derecho” a medalla supera el tope del 30% de vinos premiados? Pues según los organizadores (artículo XII del reglamento), “un programa informático realizará el oportuno ajuste” No se detalla en qué consiste el ajuste, en otros concursos se eliminan los vinos que menor puntuación tengan, bien por la valoración total, bien por la menor valoración en alguna de las características de la cata. En teoría.

 

Entonces, el mecanismo del concurso (hasta ahora) es relativamente simple: una bodega presenta sus vinos o vermús, estos son catados y puntuados, y si llegan a ciertos puntos, te entregan un bonito diploma que dice que han tenido una medalla de colorines. La realidad es algo más compleja, no quiero extenderme mucho, pero puedes consultar esta entrada del blog en la que os explico todo el entresijo.

 

Hasta aquí el concurso, ahora os explico lo que he hecho yo.


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Mi primera intención era coger los premiados de las últimas cinco ediciones, hacer una coqueta base de datos y ver que salía, si es verdad que los chicos de Don Simón son los que más medallas de oro tienen, qué otras bodegas tienen muchas medallas, y qué vinos son los que están en categorías inferiores a un Pata Negra Valdepeñas, para que nos vamos a engañar.

Una de las (pocas) cosas buenas que tiene la web de Bacchus, es que tiene disponible el medallero de varios años en formato PDF, que fácilmente se pueden convertir en formato Excel. ¿Por qué no hacerlo a un formato Access que es mucho mejor para hacer bases de datos? Pues sobre todo porque hace más de 20 años que no lo manejo y uso Excel con una relativa soltura. No me pidas que te programe una macro o use fórmulas matriciales complejas, pero para hacer una pequeña base de datos de cinco campos (Bodega, marca, añada, IGP y Tipo de Medalla) es más que suficiente, tampoco tenía sentido complicarme la vida.

Iluso que soy.

 

Como aquello parecía más o menos sencillito, me vine p’arriba y decidí que iba a ampliar la base de datos con los medalleros desde 2013 hasta el día de hoy.

 

Ole yo y mi masculinidad. Y ahí empezó el horror.

 

Por un lado, he tenido que usar varios conversores PDF a XLS porque no todos separaban bien los campos, ha habido alguna dificultad con los espacios, los puntos, las comas y el reconocimiento de las mayúsculas, pero esto se puede solucionar relativamente fácil, pero el verdadero problema de la base de datos han sido el nombre de las bodegas, las marcas de los vinos y los nombres de algunas Denominaciones de Origen.

 

Entiendo que para la organización del concurso no es de vital importancia mantener una uniformidad en el nombre de bodegas y marcas, y que muchas veces sean las propias bodegas las que varíen sus propias denominaciones comerciales o societarias. Por poner un ejemplo, una bodega que presenta sus vinos a concurso bajo la figura de Sociedad Cooperativa Agrícola, la misma sociedad se ha denominado en el concurso como “S. Coop A. San Tolomeo”, o “Soc. Cooperativa San Tolomeo”, o “San Tolomeo S.C.A”, o “Bodegas San Tolomeo S.C.A”. No digo nada cuando he encontrado nombres tipo “Agrícola Porronera” que unos años se presentan con ese nombre (que es de la sociedad mercantil), y en otras ediciones usan su nombre comercial tipo “Bodegas del Alto”.

También me he encontrado cambios de sociedades, que me han complicado algo la vida. Ejemplo, Bodegas Valdubón. Imagino que en el principio de los tiempos sería de unos socios, estos lo vendieron a Freixenet, y ahora es propiedad de Ferrer Wines, por lo que a la hora de tabular los vinos no puedo hacer que todos sean de una bodega única o de un mismo grupo empresarial.

También me he encontrado muchísimos vinos de una misma bodega que han sido premiados por distintas razones sociales. Otro ejemplo: Un Viña Monty ha sido galardonado bajo la bodega Montecillo y en otra ocasión bajo Osborne, ¿por qué? porque Montecillo es una bodega del grupo Osborne. Lo mismo pasa con Cruz de Alba o Ramón Bilbao (que pertenecen a Zamora Company), o Portia que pertenece al grupo Faustino.

Esto me lleva al grupo García Carrión. Durante años han presentado sus vinos bajo la bodega que los producía, así los vinos de La Mancha los podía hacer Señorío Los Llanos, o Antaño, o García Carrión La Mancha; los de Ribera los hacía Viña Arnaiz, los de Rioja Marqués de Carrión y los cavas los podía hacer Jaume Serra, por poner un ejemplo. Pero desde la edición de 2023 todos O CASI TODOS los vinos del grupo García Carrión se atribuyen los premios a J. García Carrión independientemente del origen o bodega que produzca el vino.

Como lo que pretendo es hacer una comparación de los premios que ha obtenido a lo largo de las ediciones del concurso, y hacer comparaciones con otras bodegas y grupos empresariales, he tenido que coger las bases de datos y unificar los vinos de distintas bodegas pero que pertenecen a una misma empresa o grupo empresarial, teniendo en cuenta siempre que he podido, los cambios de propiedad de bodegas o empresas. Otro ejemplo clarificador: Bodegas Galegas es una marca que engloba a varias bodegas, Rectoral de Amandi, Rectoral do Umia o Bodega Alanís entre otras, que han obtenido premios con el nombre de estas bodegas o con el nombre de la bodega matriz.

 

Pero esto también me da problemas.

 

Los medios de comunicación y la propia García Carrión publicitan (que no anuncian) que en la edición Bacchus 2024 este grupo empresarial ha obtenido 22 medallas de oro. Según el listado de premios de esta edición, García Carrión ha obtenido 21 medallas de oro que son estás:

Creado por Víctor Fernández Arribas. Licencia CC BY-NC-ND.

¿Dónde está la medalla 22, ha habido un error de algún tipo? Pues eso pensaba yo, pero en un par de comunicados publicitarios he visto que atribuían la medalla 22 al vino “Navas del Emperador Crianza 2020”, pero este vino no lo ha presentado (teóricamente) García Carrión a concurso, lo ha presentado Desarrollo de Marcas, que es una gran distribuidora de alimentos de marca blanca para distintos supermercados como Lupa, MásyMás, SuperTambo entre otros, y este no es el único vino que ha ganado alguna medalla con Desarrollo de Marcas, algunos también pertenecen a García Carrión, pero también a Cruz Conde, por poner el enésimo ejemplo.

Creado por Víctor Fernández Arribas. Licencia CC BY-NC-ND.

Hay un caso parecido con Lidl, que presentó en las ediciones de los años 2014, 2015 y 2016 una parte importante de los vinos que comercializaba (y algunos aún comercializa hoy), pero que son vinos por/para que no hace esta cadena de supermercados, no sé si las bodegas propietarias de esos vinos han podido presentar los mismos vinos pero con otros nombres en esos mismos año u otros.

Creado por Víctor Fernández Arribas. Licencia CC BY-NC-ND.

Otro gran problema para crear las bases de datos ha sido la ortografía, es asombrosa la cantidad de tildes que faltan a lo largo de todas las ediciones, sobre todo en las cinco últimas. El problema reside en que están mezclados los errores con la palabra bien escrita. Por poner ejemplo, Martín de Códax puede estar escrito como Martín Codax o Martin Codax, muy raramente como Martín Códax.

Sebastian, Mexico, Republica de Moldavia, Martin, Martinez, entre otros, llenan los registros de las bases de datos. ¿Es fácil de solucionar? Si, pero no. Se puede reemplazar Martin por Martín, pero ¿y Diez por Díez? Pues esa pelea he tenido con Diez Siglos de Verdejo, Bodegas Diez de Merito (las dos sin tilde) o Alvarez y Diez (lo mismo)

 

Y si toooooodo esto ha pasado con las bodegas españolas, no quiero pensar lo que puede haber con bodegas de Túnez (con tilde), México, Alemania, Eslovenia, República Checa, Brasil, etcétera. Es que, de hecho, no me atrevo a meter mano a esa parte de las bases de datos porque puede que me tengan que ingresar en un frenopático. No obstante, alguna cosilla comentaré en la próxima entrada.

 

Y ya para finalizar los problemas, o bien Excel o bien mi portátil no tienen suficiente capacidad para gestionar una única base de datos, por lo que he tenido que dividirla en dos, una del año 2013 al 2019 y otra del 2020 al 2024, la cosa ha mejorado pero tampoco es para tirar cohetes.

 

¿Por qué me he puesto algo extenso, pesado y tostón explicando esto? Porque en las próximas entradas expondré partes de las bases de datos, haré referencias a tales bodegas, vinos, medallas, y a pesar de las horas que he dedicado a corregir errores, cohesionar datos y consolidarlos, es posible que haya algún error bien por mi parte, bien por parte de terceros, pero necesito que comprendáis que lo que está por venir, es complejo de cojones.

 

Eso sí, y a excepción de las medallas de la AEPV, NO VUELVO A HACER UN SOLO ANÁLISIS CONCURSO DE VINOS.

Lo Juro.

 


19/08/2024

Leer, oír y comentar.

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LEER, OIR Y COMENTAR.

 

Aunque con el no-podcast llevo cuatro días, como quien dice, con el blog llevaré entre 12 y 14 años, interruptus incluidos. Pionero, pionero no es que haya sido a la hora de picar tecla, aunque sí que podría decir que he sido algo más avispado a la hora de leer. Después de crear el blog, tanto la cuenta de twitter como el no-podcast han sido un paso natural (lento, eso sí), para poder intercambiar opiniones y dejar la mía en esta locura de universo digital, y la verdad es que me gusta mucho eso de poder leer, oír y comentar sobre las cosas que me interesan, en especial sobre el vino. Es más, diría que es imprescindible para poder tener una opinión bien formada, poder leer y oír opiniones de otros, aunque no piensen como tú, aunque se hagan bola algunos argumentos, pero al final siempre hay alguna lectura, positiva o negativa, que puede reforzar una opinión o bien modificarla.

 La explosión del mundo de los podcasts y video podcasts para esto ha sido muy útil, es relativamente fácil encontrar programas, reportajes, informativos, entrevistas a personas relacionadas con el sector del vino, es sorprendente la cantidad de podcast en español que vienen de América, de México, Guatemala o Argentina, por poner tres ejemplos. Sorprende leer y oír en qué cosas nos parecemos y nos diferenciamos en nuestra forma de beber y vivir el vino. Confieso que aunque hay miles de podcast en inglés, no escucho todo lo que quisiera, hay muchas expresiones coloquiales y jerga que no domino y muchas veces me cuesta la misma vida poder hacerme una idea de lo que están diciendo, por lo que recurro más a blogs o revistas especializadas.

Pero volviendo al español, más en concreto con lo que nos podemos encontrar en España (perdón por el chovinismo), hay algo que me llama mucho la atención.

Algunos de los podcast que escucho están producidos por bodegas, mayoristas y medios de comunicación especializados en gastronomía y/o en vinos, y a la hora de hablar del vino, incluso de promocionarlo, se centran en la parte más alta, no necesariamente en el tope de gama, pero si en uno o dos escalones más abajo, para entendernos, en vinos de 25 a 30 euros en adelante, y no es que lo vea mal, entiendo que las bodegas estén más que interesadas en mostrar lo mejor que dan de sí mismas y de su trabajo, que lo quieran promocionar y que quieran competir con el resto de las bodegas que hay, no solo en España, si no con el resto de Europa. Entiendo que para ello hay que utilizar unos términos técnicos, una jerga que se aleja algo de una conversación entre dos amigos y que, en ocasiones, explicar la idea de cómo surgió crear una bodega, unos vinos, como los hacen, como los promocionan y mostrar al mundo cómo su sueño se está haciendo realidad, requiere usar un lenguaje entre culto, místico y algo snob.

Insisto, puedo entenderlo.

Lo que ya me cuesta entender es que casi solo se apueste por estos vinos a la hora de comunicar, es como si solo interesara poner el foco en esta categoría del producto, y dirigirlo a un reducido porcentaje de población que esté dispuesto a pagar por estos vinos, ignorando que hay un público que, aunque raramente compren un vino de 25€ la botella, es un cliente potencial, que aunque normalmente compre vinos de un precio menor, es un público que le gusta estar informado y que le puede interesar saber más de esta cultura hedonista que tanto se demanda. Pero lo que más rabia me da, es cuando en los podcasts hacen ese “típico” programa de vinos de menor precio, lo hacen como si estuvieran haciendo un grandísimo favor a alguien y da la sensación de hacerlo casi más por lástima que por el hecho de comunicar, incluso algunos (como el gurú del wineloverismo patrio español, Santi Rivas), utiliza un falso sentido del humor que se parece más a una condescendiente soberbia refiriéndose a esos vinos como vinos tiesos friendly.

Desde aquí, me gustaría pedir disculpas y cuasi arrepentimiento a Santi Rivas y a todo acólito que piensa como él, por no tener suficiente capacidad para gastarme la pasta en los vinos que ellos creen que debemos beber todos y que nos hagan merecedores de poder ser considerados como bebedores de vino, (el wineloverismo para el que lo quiera, pero a mí no me llaméis winelover).

 

Tontás aparte, creo que se tiene que comunicar mucho mejor el vino: explicar porqué ha sido parte de nuestra cultura, tanto la hedonista pero sobre todo la de consumo, con más detalles y menos romanticismo, y sobre todo, orientado a un público mucho más general.

Cuando empecé con el blog, existía Mileurismo Gourmet, el blog de Mariano Fisac, capaz de hablar sobre muy buenos vinos accesibles para todo el mundo, creaba una filosofía sin complicaciones dirigida al que le gustaba beber vino, argumentada y desarrollada mediante esos vinos que podíamos comprar todos. No es que fuese el paradigma del BBB (bueno, bonito y barato) porque eso es básicamente una utopía, pero sí era una referencia, una especie de faro en medio de la mediocridad que nos mostraba pequeños y medianos productores que tenían (y aún hoy, algunos tienen) vinos de calidad a precios más que razonables, y luego eso servía para explicar muchas otras cosas, era un trampolín o una rampa de lanzamiento a otros vinos que, quizás, de otro modo no nos hubiéramos atrevido a beber o a comprar si antes no nos hubieran “explicado”. Puede que algún día haga una entrada/episodio de sus famosos rankings de vinos de menos de 10€, porque tanto el autor como la idea merecen un reconocimiento a parte.

Hoy en día, a pesar de que sigo echando de menos a Mileurismo Gourmet, quedan blogs y podcast que comparten sus mismas ideas aunque no gozan de la misma repercusión, y perdonad si lo que sigue puede parecer demagogia o parecer una opinión de brochazo gordo.

 

A principios de los años 80 del siglo pasado, el astrofísico Carl Sagan creó para televisión la serie Cosmos, en ella nos explicaba los complejos mecanismos del espacio utilizando un lenguaje coloquial, demostraciones sencillas de comprender, creando una filosofía que invitaba a pensar, a reflexionar… Y eso es lo que necesita la comunicación del mundo de vino, al menos aquí en España, necesita de una comunicación coloquial, de una filosofía que no sea excluyente y que muestre lo bonito, lo menos bonito y también lo feo del mundo del vino.

Hacer podcasts en los que se hable de vinos de 30, 40 u 80 euros la botella, es fácil. Hacer rankings, medalleros, listas de Navidad de vinos españoles y extranjeros con vinos de este rango de precios, todos los años, es muy sencillo, requiere poco esfuerzo porque a base de repetir contenido es sencillo elaborar una y otra vez la misma información, copiándose de una forma burda, incluso en ocasiones se limitan a modificar la fecha de los artículos de años anteriores o cambian la añada de los vinos de los que se habla. Es muy fácil hablar de Tondonia, de Remelluri, de Vega Sicilia, Carraovejas, Fino Cuatro Palmas, Gramona, por poner algunos ejemplos, es tan fácil que incluso las propias bodegas se brindan a hablar de sus vinos y de como lo hacen. Con esto no quiero decir que estos vinos o la historia que hay detrás de ellos sean fáciles o no deba ser contada, muy al contrario, se tiene y se debe hablar de estos vinos, deben tener su hueco.

No deja de ser curioso que de forma recurrente en estos mismos blogs, podcasts o artículos de prensa, salga el tema de que la gente es reacia a comprar vino, pero es que en eso influye mucho lo que están comunicando, no se puede decir que el vino es un bien de nuestros ancestros grecorromanos, gloria bendita de nuestra inmemorial cultura patria, la bebida de nuestros abuelos y blablablá, para luego decir que el verdadero amante del vino es aquel que consume vinos de unas determinadas marcas o bodegas. Claro, si luego la gente va a comprar esos vinos y ven que están muy lejos de lo que se pueden permitir, pues normal es que la gente rechace el vino y se hagan una idea errónea de lo que es, mientras que desde el otro lado, poco menos se tacha de pobrecito inculto a quien no está en disposición de poder gastar ese dinero.

 Que, ojo, al revés también pasa, que hay mucha publicidad encubierta de artículos, profesionales del mundo del vino que te dicen sin pestañear que los vinos del Mercadona son una puta pasada o que tal vino que se hace por millones de botellas es ecológico y le han dado chorrocientas medallas de oro del que cago el loro, o ha hecho llorar de emoción a tal prestigioso Master of Wine, tampoco esa es la mejor comunicación que se puede hacer, pero eso tendrá otra entrada/episodio aparte.

No obstante, a día de hoy también hay podcast que creo que van en este espíritu “carlsaganista”, y que dan una visión mucho más detallada y entretenida del vino y las personas que lo hacen. Personalmente me gustan estos tres:

-       La Filoxera de Julián Palacios, Irene Guede y Gonzaga Santesteban:  creo que este es ampliamente conocido por todos nosotros, hacen fácil lo difícil, lograr que nos enteremos y entendamos lo que es la viticultura, nos cuentan algunas cosas feas del mundo del vino (¡viva el #wineshit!), y nos traen a viticultores, bodegueros anónimos pero interesantes. Además, me dan una rabia impresionante, son capaces de hacer un programa del tirón, ni editan ni hostias, lo que hablan lo suben después al podcast y a correr. Deseando que llegue la quinta temporada.

-       Vino para camaleones de Ferran Pacheco: el podcast del vino bajo en tonterías, el contenido más bestia y más desenfadado del mundo podcast en España, casi me atrevería a decir que en español, lo mismo te habla de viticultura regenerativa, que de la uva Maturana, que te recomienda vinos de Rioja, Toscana o Burdeos.

-       Y el tercero vais a disculparme el atrevimiento porque he realizado alguna colaboración en este podcast, me refiero a Vino entre Amigos de David Vázquez y todos sus colaboradores y colaboradoras, fundamentalmente por eso, porque es una conversación entre amigos alrededor de una copa de vino y se habla de todo un poco, desde Vangelis, vinos de supermercado o enoturismo en la DO Rueda. Os lo recomiendo no porque sea el podcast de unos amigos (que también), sino porque es un podcast para hacer amigos.

Sé que existen muchos más podcast de España y de toda la zona de América que pueden hacer un contenido similar o que se ajusta a lo que aquí he opinado, sentiros libres de recomendarme aquellos que os gusten o que os parezcan interesantes, no puedo prometer ni prometo poder escucharlos todos, pero lo intentaré, pero, si me gustaría insistir , sobre todo a bodegas pequeñas y medianas, a mayoristas: atreveros a realizar una comunicación de vuestros productos que no sean estrella, cread espacios o atreveros a colaborar con podcast que pueden llegar a un público mucho más grande y diverso. Colaborar no es regalar una botella de vino o que algún falso influencer se saque una foto en tu viña, se trata de algo tan sencillo como que cuentes porqué te decidiste a hacer un vino o crear una bodega como si se lo estuvieses contando a tu amigo el informático, o carpintero o repartidor de paquetes, o con el que te tomas una cerveza después de trabajar, estoy completamente seguro que la gente se abre más a descubrir que hay un vino que le puede gustar y que esta a su alcance, que un vino de 97 puntos de quien sea, no dudo que sea de una gran calidad y que por supuesto hay que pagarla, pero para lograr que la gente esté dispuesta a pagar por ello, antes tienen que haber probado otros vinos, tienen que llegar por su propia convicción y a su propio tiempo, porque si de algo estoy convencido es que no lo van a hacer si los tratas como a unos pobrecitos o les insinúas que son unos tiesos.