17/03/2024

Generando valor añadido.

 

Os tengo que confesar una cosa: esta es la quinta versión que hago de esta entrada. La anterior ocupaba seis páginas escritas, eran casi 14 minutos de lectura. Bueno, pues me dejó dormido, tal cual. Terminé de editar el audio para el no-podcast, me lo puse para comprobar que tal había quedado y no llegué ni a la mitad, me quedé frito.

Cuando veo que una entrada se me queda algo larga, suelo dividirla en varias partes, pero con esta iba a hacer una excepción y dejarla entera. Está claro que no fue la mejor decisión. Si alguien tiene problemas para conciliar el sueño, dejaré la entrada original aquí. No busquéis el audio porque lo he destruido, jamás volverá a ver el Sol.

Al lio.

Llevo leyendo mucho tiempo una expresión, “generar valor propio”, como un eufemismo para decir que algo tiene que ser más caro. En el caso del vino español, esto se está utilizando para decir que cualquier vino que quiera salir al mercado internacional y que quiera competir con los vinos de alta gama, tienen que situarse en una escala de precios que evidencie que realmente ese vino no solo es de una calidad exclusiva, sino que además hay que pagarla. Hasta cierto punto comprendo que el lujo y la exclusividad es así, pero hay otras cosas que ya no me quedan claras.

Por un lado, no sé si todos los vinos son capaces de “generar suficiente valor propio” como para que puedan competir en este mercado de lujo. Hay vinos que han pasado de costar 50€ a casi 300€, y entiendo que tiene que ser así por exigencias del guión, pero lo que me queda menos claro es que haya vinos que costaban menos de 20€ y que rápidamente se han puesto en 50€, no sé si con la intención de llegar a ocupar el espacio que han dejado los primeros o si con la intención de escalar rápidamente a precios superiores. Pero lo que más me asombra es que estos precios se están asumiendo, no solo con normalidad, sino que además hay unas expectativas desaforadas hacerse con ellos, en ocasiones con el fin de especular, que a mí ni me va ni me viene, pero me da que esto va a terminar en una burbuja, y si las cosas están ya complicadas en el sector del vino, esto puede terminar de reventarlo.

Por otro lado, tampoco comprendo por qué hay que andarse por las ramas y usar, como decía, eufemismos. He llegado a entender que “generar valor propio” es crear una serie de características, espacios, historias y otros elementos que permiten diferenciar un vino de otro, pero esto no deja de ser un marco teórico bien intencionado para evitar decir que el vino tiene que ser más caro. Si ya lo sabemos, si desde un punto de vista comercial es evidente. Pero si lo que se pretende es no asustar al consumidor, al final se va a conseguir lo contrario. Precisamente lo que el vino necesita es transmitir honestidad, no necesitamos palabras bonitas ni circos de tres pistas para justificar lo que cuesta una botella de vino, si precisamente necesitamos es que nos enseñen las costuras del vino, que veamos porqué un vino tiene que costar lo que cuesta y luego decidamos comprarlo o no, pero mucho me temo que esto no está en la mente de los que tienen que transmitirlo, es mucho más cómodo y barato edulcorarnos el escenario.

 

 


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