Pseudoindustrial

Que no. Que no es que no quiera escribir. No es eso, no. Es que no tengo tiempo. Y si tengo tiempo, no tengo ganas. Y si tengo ganas y tiempo, es que estoy muy cansado. Y si tengo ganas, tiempo y no ando muy cansado, no me gusta lo que estoy escribiendo. Lo mismo he escrito ya un par de páginas o tres frases, pero no me gusta, no me convence, no es lo que quiero escribir.

Y pasa un día, pasa otro, las semanas, los meses, las estaciones. Sergio ha crecido una barbaridad y está más majo que la mar (promete, este chaval promete). Por casa han pasado unas cuantas botellas, aunque no han sido las suficientes. Vivir en este barrio –mal llamado- Sevilla Este, significa no disponer de alternativas al consumo del vino pseudoindustrial. Si, es cierto que hay un par de supermercados que tienen unas cuantas marcas de vinos curiosas (dentro de lo que uno se puede encontrar en un supermercado), pero digamos que la rotación del producto es inexistente. Esto significa que si quieres morir de una forma original, puedes probar a hacer una cata vertical de Viña Sol (un vino blanco de la D.O. Catalunya) desde 2.009 hasta 2.014.

También puede suceder que te guste un vino tinto, pongamos un Melior o un Finca Resalso, y puedes ver la evolución en botella de la misma añada a lo largo de dos o tres años (…y cuatro, y cinco…). Oye, es una forma de aprender, puedes comprobar la evolución del vino en ambiente hostil (calor en verano, humedad en invierno, roña…), sin necesidad comprar una cava o que ocupe un espacio en el frigo. Eso sí, procura tener a mano un donante de hígado y riñones cerca. Nunca se sabe.

Pero el mono es el mono, y cuando aprieta hay que mantener la cabeza muy fría para no cometer tonterías del tipo Viña Arnaiz, Pata Negra, Mayor de Castilla, etc… (Javi, toma nota…); pero cuando no puedo –creedme, no puedo, no podemos- ir al centro y acudir a las tiendas de confianza, como último remedio solo nos quedan los supermercados donde hacemos la compra, y a tenor de las fotos de un poco más arriba, hay veces que no queda más remedio que visitar un hipermercado. Coged el sombrero y el látigo, que nos vamos al campo (nótese del doble sentido del asunto)

Nos vamos a la sección de vinos. Cuatro lineales en dos pasillos, algún vino curiosete, vino de bodegas conocidísimas y vinos que no conoce ni el químico que los parió. Puedes jugarte el tipo y comprobar si el Viña Marian Cosecha, cosecha del…, bueno, cosecha de un año de estos; es capaz de colocarte en la estratosfera con solo una copa (quizás podamos revolucionar la carrera espacial, oiga). Etiquetas con nombres épicos, -Gladiator-, etiquetas como Regina Viarum, que ya viene manchada de vino de casa (mú original el diseñador gráfico), pues que os digo, hacen desconfiar al más pintado.

Nos movemos Sergio y yo (ya le voy enseñando por dónde van los tiros…) a la zona de vinos conocidos, y noto algo raro en la contraetiqueta de una botella de Ribera del Duero. No lo he probado nunca, ni me suena la bodega, pero esto… ¡¿pero esto qué es?!

Conste que no tengo nada contra la bodega, ni tengo ningún elemento de peso (pruebas) que sostenga lo que pienso, pero me surgen dudas:

a) Han sobrado un montón de etiquetas del 2.011 y la bodega ha decidido "reciclarlas" poniendo un poco de tipex y marcando la verdadera fecha del vino. Supone tener que desembalar todas las etiquetas y pasarlas una a una por el proceso de "tapa e imprime". No sé lo que costará hacer una etiqueta a dos colores (rojo y negro), pero no creo que haya mucha diferencia de precio. 

b) Ha sobrado vino del 2.011 embotellado en el almacén de la bodega y se le ha decidido dar salida, re-etiquetando la botella. La práctica está completamente prohibida por cualquier IGP decente (en teoría...).

Insisto, no tengo nada contra la bodega, no he bebido sus vinos y no tendría incoveniente en beberlos. Es más, dudo que mi pensamiento "b)" sea la respuesta correcta, pero sea cual sea la respuesta, y vamos a decirlo claramente, esto es una chapuza. El vino puede ser magnífico, ambrosía de dioses, pero si este vino (o cualquier otro) me genera dudas, no lo bebo, ni ahora ni en mucho tiempo.

Muchos siguen pensando y mesándose los cabellos buscando la causa del bajo consumo de vino. 

¡Por aquí van los tiros!