28/08/2016

Los vinos del Mercadona.


No me gusta Twitter. Soy incapaz de expresarme en sólo 140 caracteres, pero admiro la gente que es capaz de sintetizar un pensamiento en ese mismo espacio. No dudo que haya gente capaz de resumir la cata de un vino en esos escasos 140  signos, pero creo que se pierde mucha información.

Facebook tampoco es que me emocione demasiado, pero al menos es más inmediato y fácil que redactar una entrada del blog. Puedes poner unas fotografías y un texto en un instante, no se pierde tiempo dando formato, y sobre todo, no pierde dicho formato a los seis minutos, cosa muy usual en blogger.

Es por ello por lo que durante unos cuantos meses he ido publicando una serie de catas en el perfil de Facebook sobre vinos de marca blanca que se pueden encontrar en un supermercado. Llevo tratando de refilón este mismo tema en varias entradas (como esta, esta o esta otra), y a lo mejor es la mayor estupidez del mundo, pero pensé que estaría bien dar un punto de vista sobre estos vinos habiendo probado alguno de ellos.

Elegí hacerlo sobre los vinos de Mercadona por ser un supermercado fácil de encontrar por toda España (y parece que ser que dentro de poco por Portugal) y por disponer de una inmensa bodega de marcas blancas.

También tuvo su peso específico el que mi hermano Javier (Javi, saluda a estos amigos) haga  allí la compra y compre de tanto en tanto alguna botella, afirmando que alguno de los vinos está bueno. No es la primera vez que he oído estas palabras e incluso yo mismo, al principio de los tiempos, he comprado una botella de Comportillo crianza, siendo un vino poco más que pasable.

Esto me hizo pensar. ¿Me he vuelto tan exigente (o tan gilipollas) que ahora rechazo lo que antes me gustaba, solo por puro postureo?

Mi intención no es la de una falsa modestia que pudiera justificar el que haya pocos o muy pocos vinos que merezcan la pena dentro de un supermercado, es más querer saber si realmente me lo tengo muy “subidito” y si realmente estoy, estamos exagerando con el tema de los vinos de supermercado.

Sería muy pesado y repetitivo comentar uno a uno los vinos. Dado que ya lo he hecho en el perfil de Facebook, por lo que si os parece bien, os dejo los enlaces a cada una de sus entradas y un poco más abajo os hago un comentario general.

Los Vinos del Mercadona.
- Caperucita Tinta    

No pretendo que estas notas sean tratadas de un modo formal, ya que no se tratan de catas “académicas” ni se ha pretendido que así fuera. A groso modo, el nivel es decepcionante, todos los vinos son muy bastos y solo dos de ellos (Caperucita Tinta y Allegretto Rosae) pueden considerarse como vinos de pasto, quiero decir, vino para beber todos los días. De los otros cinco, decididamente El Mayoral es el peor de todos. Difícilmente a este mejunje se le puede llamar vino. Burdo, alcohólico, posee todos los defectos de la monastrell.

Lo más decente.


Un vino es para disfrutar, para pasárselo bien o ser una pequeña válvula de escape esos días en los que todo va como el culo. Tomar vino no es ese plato de lentejas, o de hígado empanado, o de coliflor hervida o el jarabe contra la tos que hay que tomar si o si, te pongas como te pongas. El vino es placer y eso ni de lejos lo cumple El Mayoral. No me vale la excusa de que por 3,50 € qué se podía esperar, mucho menos de una empresa (García-Carrión) que hace “vino” por millones de litros a precios irrisorios y de una calidad, cuanto menos, cuestionable. Este vino solo sirve para ser mezclado y eso significa tiempo y más dinero, y eso es imperdonable, porque para eso abro el grifo y bebo agua o me compro el vino mezclado directamente, o me compro cervezas, o un refresco.


De los otros vinos, a ver, no saben mal, tienen defectos que no los hacen imbebibles, pero no son para repetir muchas veces. Muchos de ellos se contentan con ser zumitos de frutas aguados, si bien el Comportillo Crianza es una mezcla de zumito y de listón de madera de pino castellano, lo puedes beber a palo (nótese la coña marinera) o lo puedes beber mezclado.

La diferencia de estos vinos con El Mayoral es que este último apuesta directamente para ser repudiado a las primeras de cambio, y los otros apuestan por ser vinos mediocres, ramplones, que a duras penas consiguen ser vinos de pasto diario.
A lo mejor esto es una burrada, y repito, quizás alguien puede decir qué se puede esperar de vinos que están entre los 4 y 8 € por botella, pero es que precisamente están en ese margen vinos de cierta calidad, que a lo mejor no son una maravilla o elixir de dioses, pero ya son vinos que están buenos.

No se puede ir diciendo tan alegremente que España es un país que ha olvidado la costumbre de beber vino, si el vino que se ofrece es este.
No se puede pretender que aumente el consumo de vino en este país si la calidad de los vinos es esta, aunque entiendo que haya gente que le guste este tipo de vino, que lo mismo lo bebe solo o mezclado y que le aporta algo.

Lo que más me jode es que se pretenda dar a estos vinos un marchamo de calidad, ¿calidad para qué, para regar las plantas? ¡Venga ese tempranillo a mis tomateras! No. La calidad tiene que tener un precio justo. Es tiempo que se demande una calidad acorde con el precio. No es de recibo que en una estantería figuren vinos bajo marchamo de denominaciones de origen como Rioja, Ribera o Rueda (por decir tres) con supuestas vitolas de calidad a algo que no tiene. Tampoco pueden hacer eso denominaciones como Jumilla o Cariñena, que están intentando quitarse viejos prejuicios admitiendo cualquier vino que esté dispuesto a pagar por ello.
Tampoco es de recibo que un supermercado que se vanagloria de tener mucha calidad nacional, que según ellos, sus productos pasan por “laboratorios” donde sus clientes eligen los productos que posteriormente se ven en las estanterías y eliminan aquellos que no tienen éxito, nos cuelen estos sucedáneos de garrafa de abuelo.

Quedarían aún por probar unos cinco o seis vinos más. Me resisto a hacerlo. Es probable que a finales del mes de septiembre pruebe un “““Gran Reserva””” que acaban de sacar promocionalmente.


Este será el último. Prometido.

4 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Muchas gracias Francisco, pero si pudieses argumentar un poco tu comentario, hasta podría tener un poco de idea del asunto.

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    2. Acabo de tragarme una copa del Jumilla El Mayoral, menos mal que la cena de pisto estaba deliciosa y me he podido limpiar las papilas. Me he puesto a buscar reseñas para ver la experiencia de otros para ver si mi experiencia ha sido rara avis o es compartida. Mi cata( paso de lagrima, de picota, de frutos maduros todo esto aporta muy poco a mi manera de entender el sabor en general y es demasiado estereotipado) Este vino tiene una entrada potente, no es un vino que de la sensacion de estar aguado, pero sin embargo la potencia de la acidez inicial no evoluciona a nada positivo, va asentandose una percepcion alcoholica exagerada, despues de varias tragos he podidos percibir una sutil y fugaz nota a la crianza en madera pero nada meros instantes y soy de nariz y boca facil, para terminar el vino aunque sean 150 ml se te hacen largos y tiene un final amargo por el alcohol que se me ha ido acumulando y se me ha hecho al final muy desagradable.Por un euro menos he probado vinos buenos, tempranillos equilibrados sin astringencias y con cuerpo , verdejos deliciosos que en cualquier cata a ciegas saldrian con nota. Este sin embargo esta malo, malo de cojones. Es un vino que no se si tiene tipicidad de la uva con la que se ha hecho o del estilo de la DO, pero me es indiferente, me ha parecido nefasto. En fin comento porque me ha hecho gracia que hayamos coincido

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    3. Muchas gracias por tu comentario. Soy de los que cree que un vino es tan diferente como personas como lo beben, cada uno tiene sus propios gustos y forma de percibir colores, olores y sabores. Pero cuando algo no es bueno, los gustos y las percepciones suelen coincidir. Saludos.

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