23/10/2024

Menos Oros, Caperucita. 4ª parte: Conclusiones (I de II)


 

Bueno, pues al final he tenido que dividir las conclusiones en dos, jamás pensé que me ocuparían tanto, y de hecho he reducido o simplificado varios argumentos, sin perder coherencia con lo que he publicado y pienso acerca de este Bacchus, y por lo tanto, de los concursos de vinos. Vamos allá.

Que estas entradas han sido una auténtica frikada, lo admito desde la primera frase. Sé que no tiene sentido analizar un concurso, ni de vinos ni de nada realmente, si no se dispone de toda la información posible, y a pesar de que los organizadores de los concursos de vinos cuelgan la lista de ganadores de forma pública en sus webs, es tan sólo la parte del brilli-brilli. Es como juzgar el campeonato de Fórmula 1 conociendo solo a los tres primeros pilotos de cada carrera, sus equipos, el que dio la vuelta rápida y el favorito del público, nos faltaría conocer a todos los pilotos que participaron, todas las incidencias de la carrera, las decisiones de los comisarios, etc.

Entonces, ¿por qué lo he hecho? Pues porque creo que es interesante saber qué es un concurso de vinos, si realmente tienen algún tipo de importancia las medallas o reconocimientos que entregan, y todo ello… pues con el conocimiento mínimo, con una base que está coja, que no sabemos todo el trasunto interno, pero qué os digo, este es el primer punto negativo que encuentro en este tipo de eventos.

¿Por qué lo he hecho con el Bacchus? Pues porque es de los pocos concursos que ofrecen/publican su información de forma que también se pueda descargar. También cuentan con “pocos” galardones si lo comparamos con otros concursos internacionales tipo Decanter o el IWC. En un primer momento juzgué que podría ser capaz de manejar la información, y en eso me equivocaba.

 

Partiendo de la base de que no creo que los concursos de vinos sean de utilidad ni para el aficionado al vino, ni para el gran público, Bacchus no me ha hecho cambiar de opinión, todo lo contrario, me demuestra que los concursos de vinos es una herramienta de marketing dirigida a, a, esto…, a …, a no sé muy bien a quién, pero no está dirigido al consumidor de vinos, al menos de una forma directa.

En otras entradas había sacado la conclusión de que los concursos de vino estaban mas enfocados a un sector muy específico del vino, el de la compra/venta de vinos, y Bacchus en este aspecto no es muy distinto, de hecho, muchos de los catadores del concurso son personas relacionadas con la importación y exportación de vinos, pero quizás si que es un concurso que me ha hecho modificar un algo de lo que pensaba (spoiler: no para bien).

El origen de estas entradas fue el mensaje que me envió una persona y la machacona publicidad de García-Carrión por la radio. Si la pretensión inicial del concurso es la de captar la atención de consumidor, misión cumplida, no solo la tienen, si no que además estoy dándoles más publicidad aún, pero ese no es su espíritu, o al menos no es eso lo que dicen las bases del concurso (ni mucho menos lo que esperan los participantes).

Si. García Carrión ha obtenido 22 medallas de Oro, es el campeón por medallas de esta edición (y de otras).

Si, los vinos de las bodegas en las que Álvaro Palacios tiene algo que ver, han vuelto a ha ganar una nueva medalla de Oro cada uno de ellos.

Si, los vinos de Jerez son los grandes campeones espirituales del concurso, son los que más medallas de la máxima categoría han obtenido, todo esto es impepinable, pero queda por hacer la parte más importante del concurso: el que yo levante el culo del asiento y vaya al súper a por los vinos. Y digo bien, levantar el culo e ir al súper, porque en conjunto, los vinos del súper son los verdaderos ganadores del concurso, y no solo este año.

 

Los Azpilicueta, los Beronia, los Patas Negras, los Ramón Bilbao, Pétalos, son los vinos que te puedes encontrar en casi cualquier supermercado y en el hipermercado al que vas el finde a hacer la compra, y estos son los vinos que acaparan todos los años una buena parte de las medallas de Oro y de Plata. En cuanto a los vinos que han recibido el Gran Bacchus de Oro (cuanta grandilocuencia…), pues no es que sean precisamente difíciles de encontrar, pero no son los vinos que están en el súper que tienes a la vuelta de la esquina, muchos de ellos, Lustau, Mirto, Noé, o los grandes reservas de Portia (por poner unos ejemplos) sí que están en el hiper o en esas tiendas que tienen todos los vinos que hay en el mercado, menos el que ibas buscando.

Al fin y al cabo, ¿cuáles son las bodegas que tienen más medallas? García Carrión, Gonzalez Byass, Freixenet, Pernod Ricard…, entonces…¿qué está reconociendo Bacchus?

Es fácil adivinarlo, pero vamos a rascar un poco más allá de la superficie.  La cúspide de los ganadores de medallas ha quedado claro que es para las grandes bodegas, grandes distribuidoras y cooperativas importantes, pero tal y como os decía en la anterior entrada, casi el 75% de las bodegas que obtienen algún reconocimiento, lo más normal es que obtengan sus medallas en 1, 2 o 3 ediciones y luego, bien deciden no seguir participando o bien han participado y no han vuelto a ganar una medalla. Hasta cierto punto esto tiene lógica, presentarse a los concursos conlleva una serie de gastos (inscripción, transporte de las muestras, pago de cánones si resultas ganador y decides poner pegatinas o usar la imagen de los premios en tus botellas o RRSS) que no es que sean excesivamente caros, pero es más que posible que no logren rentabilizar sus costes con las ventas de sus productos, y me explico.

Imagino que cuando alguien se decide a participar en este tipo de concursos, no lo hace únicamente para que le reconozcan que su vino es muy bueno y, ¡pam!, que le den una medalla para alardear de ella con los colegas en el bar, ¿no? Imagino que ese reconocimiento se va a usar para vender tu vino y tu bodega, bien al público que hasta ahora te desconocía, bien a una distribuidora más allá de la zona donde ya lo estás vendiendo, pero es que tú puedes haber ganado cinco o seis medallas y que nadie se entere, porque, claro, las medallas y los premios son un reclamo, pero es que una vez que lo obtienes ¡tienes que mover también el reclamo! Un medio local o provincial puede hablar, por ejemplo, de las 6 bodegas de la provincia que han ganado una medalla y mencionarte de pasada, pero eso no es una promoción. Ponerlo en la web no es mala idea si la actualizas con cierta frecuencia y tienes suficiente tráfico, pero lo suyo es utilizar anuncios en medios de comunicación, patrocinio de eventos o contratar campañas en RRSS, pero ese es un coste añadido al que hay que sumar los gastos del concurso, ¿realmente merece la pena esa inversión si el vino no está bien distribuido?

Ese gasto no es soportable por muchas bodegas, y hoy aún menos, ¿quién puede permitirse ese pago? Pues mucho me temo que bodegas que estén en disposición de tener un departamento de comunicación o personas que puedan contar con mucho tiempo dedicada a la comunicación de la empresa, quicir, bodegas con posibles.

Esto se va a acentuar aún más en el futuro próximo. Si tal y como parece, el sector del vino está a punto de desplomarse, ¿quién está más dispuesto a gastar dinero en promoción, concursos y ferias? Las bodegas muy pequeñas y cooperativas que se dediquen en exclusiva al vino van a tener que capear el temporal con presupuestos cada vez más cortos, si es que no cierran. Para las medianas y grandes la cosa no es que se presente mucho mejor, Pernod Ricard España está vendiendo toda su división de vinos para centrarse en destilados “premium”, Freixenet ha planteado un ERTE, las bodegas de Félix Solís Aventis quiere pagar unos precios ridículos por las uvas, es decir, que todo el mundo que no tenga fundamentado su negocio al sector del vino de élite, seguramente se va a ver obligado a recortar de todas partes, y de donde menos se pueda recortar, pues seguramente se recorte lo justo y se vean afectados otros departamentos de la bodega. Adivinad cuál es el que tiene más papeletas para sufrir los mayores recortes.

Aparcaré, de momento, el tema de los vinos para hablar del concurso en sí.

Bacchus no es un concurso muy diferente al resto, los organizadores convocan un concurso, le dotan de unas reglas muy sencillitas (demasiado), eligen unos catadores que catan los vinos y les otorgan una puntuación. Si se supera ciertos puntos, les dan una medalla de colorines, la organización publica los ganadores, e incluso les hace una fiesta (si es menester). Publicita a ciertos ganadores (patrocinados) en prensa y pseudomedios especializados y después se ponen a pensar en la edición del año siguiente.

Eso es lo que se ve, el brilli-brilli que decía al principio. Lo importante, lo que se mueve dentro, es lo que queda en sombras, es lo opaco, que entiendo que no nos va en la vida saber y conocer todos los engranajes, pero al mismo tiempo es donde quizás debieran de poner algo más de luz. Creo que sería muy interesante para todos, para los participantes, los importadores/exportadores de vino, y para los que bebemos vino.

Para mí, estos serían esos engranajes que debieran ser más luminosos:

1.    1. Lista de los participantes: la organización indica cuántas muestras participan, pero no dice quiénes participan, sería muy sano conocer a todos los concursantes, así conoceríamos cuántos vinos presentan las grandes bodegas y cuantos ganan (que lo mismo nos llevemos alguna “sorpresa”), si algún vino queda desclasificado algún año…

2.    2. Número de los lotes de las muestras presentadas a concurso: entiendo que las bodegas tienen que indicar el lote del que procede la muestra que envían (artículo III del reglamento), pero este no se indica en los medalleros, de hecho, la publicidad dice que tal vino ha sido premiado, pero no se menciona que lote es el que ha obtenido el premio, ¿puede ser que las grandes bodegas tengan lotes de vino que se destinen sólo a concursos de vinos o que no se destinen a la venta al público? El reglamento no lo tiene en cuenta, pero hay concursos que si exigen que los vinos presentados tienen que estar o vayan a estar a la venta.

3.    3. Puntuaciones de los vinos presentados a concurso: Dos vinos pueden tener un mismo reconocimiento, una medalla de Oro, por ejemplo, pero uno tiene 89 puntos y el otro 92, también serviría para ver si un mismo vino en distintas añadas tiene la misma puntuación o cual es su variación a lo largo de las ediciones. Hay vinos de una misma añada que se presentan en distintas ediciones, quizás eso también es interesante si hubiera una gran variación de catadores de un año a otro.

4.    4. ¿Cuál es el criterio a la hora de elegir a los catadores?: Uno puede elegir a tres personas con las que echarse un mus. Elegir entre 75 y 90 personas para formar parte de un jurado (imagino) que debe responder a algo más de reunir a unos amigos para echarse unos vinos, o personas que están interesadas en conocer el mercado de un país y los que pueda atraer el propio concurso, ¿hay alguna forma de inscripción, se ofrece a personalidades, responde a criterios comerciales?

5.    5. ¿Cuánto cobran los catadores?: si formas un jurado internacional, no creo que todos los catadores estén dispuestos a comprar un billete de ida y vuelta de avión y pagarse unas cuantas noches de hotel de su propio bolsillo para realizar, por otra parte, un trabajo. Habrá gente que le resulte interesante el evento y que luego le saque provecho, puede que haya empresas que se hagan cargo de estos gastos, pero también puede ser que la organización del concurso le interese que vayan figuras reconocidas del mundo del vino que le pueda dar algo más de cache.

6.    6. ¿Cuáles son los criterios para formar los jurados?: en el reglamento (artículo V.3), se indica que los jurados son designados a título personal por el director del concurso, tiene que existir un criterio lógico. Eso o funciona el dedo (tú allí, el otro allá, este bien cerquita mía). Eso me lleva al siguiente punto.

7.    7. Publicar la composición de los jurados: en la edición de 2016, la organización publicó la composición de los jurados, es decir, qué catadores formaban parte de una misma mesa y juzgaban a los mismos vinos. Pero eso pasó en el 2016, ¿fue un error a la hora de publicarlo, se arrepentirían…? quién sabe. También hubiera sido interesante saber quiénes son los jefes de cada jurado, quiénes son los que llevan la batuta.

8.    8. Publicar los vinos que cata cara jurado y el criterio que se ha utilizado: por el número de muestras presentadas, todos los jurados no prueban los mismos vinos, por lo que cada jurado cata una serie de vinos que no catan los otros, ¿cómo se elige que vino bebe cada jurado, por azar? Hay catadores que forman parte de una bodega, ¿sería ético cataran sus propios vinos? También sería muy clarificador saber cuántos puntos ha concedido los jurados en los que están Pedro Ballesteros, Santi Rivas, Ferrán Centelles o Almudena Alberca, por ejemplo, saber los vinos que han catado, y los vinos a los que han concedido medallas, porque alguien, Master of Wine, sumilleres, enólogos, periodistas especializados…, son los que eligen estos vinos. (Tengo unos cuadros muy chulos sobre los catadores, pero creo que ya os he sobrecargado vuestra capacidad de asimilación de los mismos…).

9.    9. ¿Se comprueba que los vinos ganadores se corresponden con lo que puede encontrar el público? Para mí es el gran fallo de todos los concursos de vinos, y entiendo que las organizaciones de los concursos no le pongan interés, pero es que es necesario: saber si el lote de la muestra que se ha remitido a concurso, es el mismo que puede comprar cualquier persona, ya sea en un establecimiento físico o en una tienda por internet, y es tan fácil como realizar al día siguiente del fallo del concurso,  una comprar anónima en varios establecimientos de los ganadores del concurso, y que unos catadores independientes comprueben que el jurado de concurso y el público en general están bebiendo el mismo vino, porque (entiendo) que el fin último del concurso es reconocer la calidad de los vinos que podemos beber todos, ¿no? Vale, entiendo que comprar todos los ganadores supone un gasto elevado, quizás inasumible, para la organización, pero ¿por qué no hacen, al menos, como en el Concurso Mundial de Bruselas y hacen (y publican) un control de calidad, tal y como ellos indican en el artículo 19 de su reglamento? No creo que sea difícil.

Hasta aquí la primera parte de las conclusiones, si todo va bien, el fin de semana publicaré la segunda Y ÚLTIMA.

Lo prometo.

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