24/02/2016

Vinos de Navidad 2.015: solos en casa.


Aún resiste la última botella de estas navidades en la cava. Estoy siempre tentado de abrirla bajo cualquier excusa y acabar con la tentación, aunque no tardando mucho llegará un nuevo pedido. Cortito, pero muy bueno.

Decíamosayer, que estas navidades han estado bien regadas. Muy bien regadas.

Estos últimos años por Navidad es habitual ver en las tiendas unos “calendarios de adviento” para niños. En realidad es una cajita de cartón en cuyo interior hay unos pequeños bombones dispuestos en escaques. Cada escaque se corresponde con un día del 1 al 25 de diciembre, y se supone, que cada día deberías descubrir un escaque/día y comerte un bombón. En mis tiempos, el día 8 ya no habría bombones y sospecho que estaría rondando los calendarios de mis hermanos (aunque me imagino que habrían corrido la misma suerte que el mío).

Mi idea, un año de estos, es hacer lo mismo, pero en vez de bombones, con vino, y no hasta el 25 de diciembre, no, hasta el 15 de enero, ¡mínimo! Someday, someway (algún día, de alguna forma, manera o modo…).

En fin, soñar aún es gratis, aunque este año ha sido un simulacro bastante aproximado. Me sería imposible ahora recordar cuando me tomé tal vino. Antes, tenía la sana costumbre de apuntar todo, y ahora en muchos casos tiro de memorieta o de pequeñas notas que hago en el primer papel que tengo a mano. Ni que decir tiene, en algunas ocasiones el papel ha desaparecido, ha sido eliminado por accidente, o bien han caído en manos del Dúo Dinámico, de los nuevos Zipi y Zape, quicir, Sergio y Uly.

Le he dado vueltas a como presentar los vinos, si por colores, si por gustos, si hacer una lista, un top ten de abajo a arriba o de arriba abajo, por orden alfabético… Al final me he decantado por presentarlos por los que mas nos han gustado, los que nos han dejado una mejor impresión. Estos son los otros vinos de las navidades del año 15: 






Tragolargo 2.013 (DO Alicante): de largo, es el vino que más nos ha impresionado. Esperábamos encontrar un vino sencillo, humilde, y realmente fue así, pero a la vez es complejo, sabroso, tiene ese gusto final típico de la monastrell, ese punto de dulce, pero sin ser  empalagoso como en otros vinos de la misma variedad. Es un vino que se puede comer, masticar, llena la boca, la inunda. Es de esos vinos que siempre te quedas con ganas de más. Ni que decir tiene que vamos a pedir más botellas.








El Barco del Corneta 2.013 y Cucú (cantaba la rana) 2.014 (VT Castilla y León): ¡vinos de mi tierra! Verdejo verdadero, el de verdad, no el zumo tropical que nos han hecho creer que son estos vinos. No tengo nada en contra, pueden ser vinos divertidos, pero cuando me refiero al potencial de la verdejo, estos dos vinos SON los máximos exponentes. El Barco del Corneta ha pasado por madera, lo que le da ese tono cremoso, serio al hinojo, a la hierba cortada que presenta su hermano Cucú. Es una lástima que aún perduren los problemas de la DO Rueda, que los mejores verdejos estén fuera de su espacio natural. Si queréis probar un verdadero verdejo, estos son dos exponentes.










Tentenublo 2.014 y Xérico 2.014 (DOCa Rioja): sin lugar a dudas, la nueva ola en Rioja, aunque según sus creadores, son los vinos que se hacían antes, de hecho, es un coupage (mezcla) de uva tinta (tempranillo) y blanca (viura). Y la verdad es que son vinos frescos, ágiles, sabrosos. Son vinos para tomar con los amigos y quedar muy bien en la fiesta. Vinos para seguir en próximas añadas.











Los cipreses de Usaldon 2.013 (DO Alicante): hermano de Tragolargo, es un vino algo más ligero. Hecho con garnacha peluda, nos presenta un color rojo difuso, casi se diría rosado. En boca resulta sutil, fruta en boca, floral y balsámico. Personalmente me gustó mucho. A Paula le resultó ligero, pero creo que repetiremos.











Rayos Uva 2.013 (DOCa Rioja) y La Vallada 2.013 (DO Arlanza): decían las notas de cata, que eran vinos hechos a la francesa por un enólogo francés enamorado de España. No he probado jamás un vino francés (al menos uno decente), por lo que no sabría decir de lo acertado de esta afirmación, pero si creo que he encontrado dos buenos vinos. Ambos son como dos buenos amigos, jóvenes, descarados, sabrosos y diferentes entre sí, a pesar de ser ambos tempranillos sin casi crianza en madera. La Vallada (primer vino de la zona del Arlanza que pruebo), es el más gamberro de los dos, mucha fruta negra, sabroso, se recrea en la boca. Mientras tanto, Rayos Uva se nos presenta polifacético. Al principio nos resultó muy ácido, áspero, pero conforme ha pasado un poco de tiempo, se empiezan a notar notas de grosella, madera, balsámico. Otra copa y se presenta algo más mineral. Interesantes, muy interesantes, estarán en nuestro punto de vista.









Blanca Cusiné (DO Cava): no somos muy aficionados a los espumosos en casa, no le terminamos de pillar el gustillo al vino con burbujas, aunque hay alguna que otra salvedad. Este cava es una de esas excepciones, por dos motivos: uno, viene recomendado por André, lo cuál ya debiera de bastar. Dos, la bodega es Parès Bálta, de la cual ya hemos probado otro su Indígena. El año nuevo entró con burbuja fina, olor a higo y membrillo. En boca muy agradable, pese a ser un Brut, no tuvimos esa sensación secante o áspera, se bebe fácilmente. Muy elegante. Quizás me replantee dar una nueva oportunidad a los espumosos.




Ya queda menos para los vinos de la Navidad 2.016.

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