11/01/2014

Los Vinos de la Navidad de 2013

Bueno, a ver si ahora que tengo algo más de tiempo (supuestamente) le puedo meter más mano al blog, que últimamente le tengo muy descuidado. Quiero hacerle cambios por dentro y por fuera, aunque no sé si Sergio, nuestro nuevo fichaje, estará muy de acuerdo con que le preste más atención al blog que a él.

Ya hemos dejado atrás las navidades, que al menos para mí, son buenas fechas para tener más de una excusa para pimplarse alguna que otra botella de vino, aunque como siempre, no todas las que me hubiera gustado o querido. Estas navidades, Paula no ha podido acompañarme con su copa, en su nuevo estado no es muy recomendable que haga excesos: poquito pero canela.


Este año ha sido bastante curiosete en cuanto a la procedencia de los vinos. La visita de Aggelos y Athina (dos buenos amigos griegos), nos dejaron en casa un vino tinto y un vino blanco, espectacular, que de no ser por lo que cuestan los gastos de envío, todos los años formaría parte de mi cava, un vino de los que merece probar y probar año a año.



Unfiltered 2012: como su propio nombre indica, no ha sufrido ningún tipo de filtración, por lo que al abrir la botella nos encontramos con un vino que quizás está un poco turbio, no mucho, un precioso color dorado casi transparente. Olor a flor blanca, frutas con hueso, tarta de manzana. En boca, es un vino redondo aunque algo seco, acidez correcta que aporta un frescor muy rico. Persiste en boca tras el primer trago, y conforme se va atemperando, el vino se abre a notas parecidas al membrillo, carnoso, muy aromático. Al despedirse de la boca, me recuerda a esos pasteles de manzana reineta, dulce pero sin pretenderlo. Una pena que la tengamos tan lejos.





Basa 2012: Sorprendente la añada del 2.012 de este verdejo de la Cia. de Telmo Rodríguez. Me he encontrado con un vino pálido, pero con esos reflejos verdes que tanto me gustan, nariz con presencia de hierba cortada, hinojo muy fino y algo de plátano. En boca es un vino gustosísimo, fresco, lleno de alegría, lleno de fruta. Es un vino que incita a beber una copa y otra. De todas las añadas de Basa que he probado, esta  es la que más me ha gustado. Creo que es un aliciente para comprar su hermano mayor, El Transistor cuando salga al mercado.




Finca Las Caraballas 2012: El vino de Medina. Ya os he hablado de él en otra entrada.












En cuanto a tintos, este año han caído, entre otros…





Quinta Milú La Cometa 2011: ¡Qué bueno estaba! Quinta Milú es una de esas bodegas con vinos que no dejan indiferente al que los prueba: o los amas, o los odias (pero solo un poquito). Estas navidades he podido beber (yo solito…) una botella de La Cometa de la añada del 2.011. Vino de un precioso color rojo teja, aunque me ha parecido ver algún que otro ribete violeta al filo de la copa. Me gusta porque es un vino con contradicciones, por un lado destaca en nariz y boca su fruta, por otro el monte jugando en la boca al escondite. Como la botella no quería terminármela en el mismo día, la alargue un par de días más (quizás me sobró el tercero…). Del primer al segundo día pasó de ser un veinteañero ágil a ser un joven adulto, un vino serio, equilibrado, pero que todavía retenía fruta, jugosidad. En fin, un vino del que merece hacerse con un par de botellas antes de que desaparezcan, cosa que se está complicando  por lo que he podido leer en su perfil de Facebook.



Gallinas y Focas 2011: El año pasado ya cayó un vino de las Islas Baleares, y llevaba tiempo rondando por mi cabeza repetir un vino de esta misma. Estuve a punto de coger el vino emblema de 4Kilos del que tanto he oído hablar y que se llama igual que la bodega. Pero salió al paso otro de sus vinos, Gallinas y Focas, del que os dejo el enlacepara que veáis el curioso origen del nombre del vino.
Es un vino muy muy curioso, bonito color granate, profundo. En nariz tenemos una compleja mezcla de frutos rojos (¿granada?!), pizarras y especias. Ya en la boca, tenemos un vino potente, pero sin estridencias, redondo, carnoso, pasa por la boca y la última gota ya te está advirtiendo que si no andas muy listo, alguien te ha cogido la botella para servirse la última copa. Me ha gustado bastante, es de esos vinos que solo compraría para Navidades o alguna fiesta en casa, con la familia.



Emilio Moro 2010: 
Técnicamente esta botella no ha entrado (aún) por casa , pero es uno de los vinos de estas navidades porque fue el que nos tomamos toda la familia Fernández-Arribas-Rodríguez-González-Pérez en la comida del día de antes de reyes en un restaurante de mi pueblo. Una de las veces que pase por Medina tengo que ir más seriamente de vinos porque un sitio donde puedas encontrar un Pago de Carraovejas, Cruz de Alba, Sierra Cantabria, el propio Emilio Moro, o un Teso la Monja, por cierto, a 1.200 euros la botella; creo que es digno de hacer una investigación seria, bien con amigos, bien con la familia, bien todos en un totum revolútum…
En cuanto al vino en si…, tremendo, sedoso, carnoso, un equilibrio entre fruta y madera, muy fino, una pasada, sobre todo por la calidad que tiene y lo que costó. Quizás no esté muy de acuerdo con el bodeguero en según qué cosas, pero reconozco que tanto su Finca Resalso 2.012 y este Emilio Moro 2.010 tienen una relación calidad/precio altísima.  Tengo tentaciones de hacerme (como sea...) de una barrica de esta bodega para disfrute en el futuro de los ahora cachorros de la familia, ya sean niñas, niños, gatos o perros....

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Ya solo quedan los vinos de estos Reyes, pero eso me da a mí que es carne de otra entrada del blog…

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