(Pe)Lambrusco

Al bajar hoy a la compra, había una oferta interesante de Lambrusco: dos botellas por 4,20€.  El caso es que hará cuestión de 10 o 12 años, esa misma botella me costaba a razón de 7€ más gastos de envío, solo algunas enotecas y El Corte Inglés vendían aquel vino que probé en el Ponte Vecchio, para mí, uno de los mejores restaurantes italianos en los que he comido (y que no han sido pocos). Como decía, una década atrás el lambrusco era una especie de vino extranjero, relativamente asequible para el gran publico y que entraba (entra) de maravilla. A día de hoy, no hay supermercado que no se precie de tener al menos una marca de lambrusco, un vino fresco, ligero, dulzón y con aguja (de dudoso origen "natural"); sobre el cual mantengo una teoría lanzada  años a por mi padre: cuanto más barato, más bueno. Y es verdad. Me atrevería a decir que todo lambrusco (salvo excepciones, que aún no he encontrado) que valga más de 3,50€ no merece la pena. Es muy probable que en otras entradas apele a que merezca la pena gastar algo más de lo que estamos dispuestos por una simple botella de vino, pero no creo que este sea el caso.
Hace unas semanas, un compañero de trabajo intrigó mi curiosidad hacia un vino también italiano que le hacen llamar sangre de Judas (sangue di Giuda), tiene una leyenda curiosa, pero eso es harina de otro costal.
Me habló tan bien de él y encontré tantos comentarios positivos en español por la red, que rápidamente me puse a buscarlo. La primera, en la frente. La botella más barata en Sevilla costaba alrededor de 16€. Me moví por toda la red en varios días, al punto de poder contactar con un mayorista importador de productos italianos que me dejaba la botella por poco más de 8€. Cuando ya varios compañeros estábamos dispuestos a realizar el pedido de varias cajas, vi en un supermercado una "feria" de productos europeos, entre los cuales estaba el vino de este mayorista, aunque un euro más caro. Dude un poco al comprarlo, al fin y al cabo en unos tres días podría tener seis botellas en casa, pero me pudo la tentación, así que al día siguiente para comer hice una boloñesa debidamente regada por la sangre del traidor. La segunda en la cartera. El vino en si es bueno, parecido a un lambrusco tinto, aunque algo más espeso, dulce y con un final algo más ácido. Lo veo más como un vino de postre o de embutidos (aka chacina), pero por su precio, creo que podría recomendar el orden de 3 a 5 vinos españoles bastante mejores.
No obstante no dudo que si este vino entra por el ojillo, dentro de un par de años podremos verlo por menos de 5€ la botella. Será entonces tiempo de hacerse con alguna botella.